sábado, 15 de noviembre de 2008

no lo apreciemos cuando estemos!!lejos,antioquia es divina...e interesante

Desde sus inicios, Antioquia fue una región aislada geográficamente, y este aislamiento continuó durante el período colonial y los subsiguientes. El aislamiento propició que su desarrollo económico y social tuviese notables diferencias con relación al resto del país. Durante sus épocas tempranas de desarrollo, su principal modo de integración lo constituiría, además de la arriería, el ferrocarril.
Puesto que inicialmente las tierras habitadas de Antioquia no eran las más aptas para la agricultura, la principal actividad económica de los
antioqueños fue la minería del oro. Por otra parte, inicialmente las mejores tierras de Antioquia fueron propiedad de unas pocas familias que las mantenían sin explotar. A finales del siglo XVIII, se presentó una baja en la producción de oro, al tiempo que las tierras disponibles no eran suficientes para satisfacer las necesidades de la población, todo lo cual configuró una crisis local. Pero esta situación cambiaría después de la colonización antioqueña.
Se inició entonces la migración de muchos
paisas hacia el sur de la provincia de Antioquia, y se realizaron los primeros asentamientos de colonos en otras vastas regiones inexplotadas, y fue entonces cuando las tierras pasaron a ser posesión de miles de familias paisas y dejaron de ser privilegio exclusivo de las clases más favorecidas.
Lo que Parsons llama "colonización antioqueña moderna",
[8] se desarrolló básicamente en los territorios de los departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío, Valle del Cauca y Tolima. Además, con menor énfasis, se dirigió hacia los departamentos del Chocó, Córdoba y otros sectores más lejanos: Casanare, Meta, Caquetá y Putumayo.
Fuera de las poblaciones fundadas dentro de su propio territorio, una lista parcial de las fundaciones antioqueñas hacia el sur, durante la colonización, es la siguiente:
Sonsón y Abejorral (1787 - 1789), Aguadas (1814), Pácora (1824), Salamina (1825), Fredonia (1830), Caramanta (1835), Neira y Salento (1843), Santa Rosa de Cabal (1844), Manizales (1848), Fresno (1856), Líbano y Manzanares (1860), Pereira (1863), Jardín (1865), Santo Domingo (Herveo) (1866), Ansermanuevo (1872), Filandia (1878), Pueblo Rico (1884), Calarcá y Quinchía (1886), Armenia y Circasia (1889), Mocatán (1890), Montenegro (1892), Sevilla (1903) y Caicedonia (1905).
De esta lista parcial, se destacan las ciudades de
Manizales, Pereira y Armenia, cuyo mayor desarrollo las convirtió, pasado el tiempo, en capitales departamentales. Muchas de ellas, y varias de las otras ciudades colonizadas, constituyen el denominado Eje Cafetero, región que se convirtió en una de las bases económicas más importantes de la historia de Colombia.
La colonización antioqueña se intensificó a partir de la década de
1870. Durante la segunda mitad del siglo XIX fueron fundadas por los colonos numerosas poblaciones nuevas.
El proceso de colonización integró a la economía del país miles de hectáreas de tierra que durante siglos habían permanecido inexplotadas y despobladas.
El
café fue el producto preferido por los colonos, y su producción llegó a convertirse, en las primeras décadas del siglo XX, en la base de la economía nacional. La forma como fueron colonizados estos territorios se fue en contravía de los terratenientes y de la propiedad territorial latifundista de "altas" familias destilada, por ejemplo, en Bogotá. La colonización antioqueña fue llevada a cabo primordialmente por familias del común que no tenían capacidad para pagar mano de obra, sino que más bien utilizaban la mano de obra familiar para explotar las tierras colonizadas.
Esto dio origen a un nuevo tipo de
sociedad en el occidente colombiano: Mientras en el resto del país el latifundio constituía la característica más importante, en las zonas colonizadas por los paisas predominaba la mediana propiedad campesina y familiar. Además, debido al aislamiento impuesto por la geografía, los pobladores del occidente colombiano permanecieron ajenos a los conflictos armados que acaeciron en Colombia durante todo el siglo XIX, por lo cual en la zona hubo un desarrollo económico estable y continuo, en contraste con otras regiones donde el desarrollo económico se vio seriamente afectado como consecuencia de las guerras civiles. La colonización antioqueña, en síntesis, permitió una unificación más democrática del occidente colombiano que perdura hasta hoy.
Los colonos se preocuparon por comunicar entre sí los nuevos asentamientos, y construyeron caminos y ferrocarriles. Gracias a esto se estableció un
comercio interno que casi no existía en otras regiones, y que estuvo favorecido por la capacidad de compra de la que gozaban los colonos, resultado de una mejor distribución de los ingresos del trabajo familiar.
Todos estos factores hicieron que el occidente colombiano se convirtiera, a finales del
siglo XIX y a comienzos del siglo XX, en el centro económico más importante del país. La expansión de la economía cafetera hizo posible que se acumularan los capitales que más tarde fueron invertidos en el desarrollo industrial. Esta situación mantuvo al país durante muchos decenios.Independencia de Antioquia [editar]

La Provincia de Antioquia en 1810
En
1808 la monarquía española entra en un momento crucial. Ante la ineptitud de Carlos IV y la impopularidad de su ministro Manuel Godoy, su hijo Fernando VII, con el apoyo popular, aspiraba al trono. Napoleón Bonaparte, por su lado, aprovechó estas circunstancias para intervenir en España. Debido a esto, no se hicieron esperar los levantamientos populares y aparecieron, como solución al vacío de poder, juntas de gobierno, que se unificaron finalmente en la Junta Suprema de Aranjuez, establecida en septiembre de 1808.
Esta conformación de juntas de gobierno se adoptó, a todo lo ancho del
Imperio, como respuesta a la usurpación de Bonaparte. Así ocurrió en Cartagena, en mayo de 1810, y en Bogotá, el 20 de julio del mismo año, cuando se constituyó una junta provisional presidida temporalmente por el Virrey.
El ejemplo no tardó en seguirse en Antioquia. El gobernador era entonces don Francisco de Ayala, quien, tan pronto llegó la noticia de los sucesos de Bogotá, conocidos hacia el 9 de agosto en
Rionegro, se fue plegando a las presiones de los criollos y aceptó la instalación de un congreso provisional de delegados de los cuatro cabildos de la provincia (Santa Fe de Antioquia, Medellín, Rionegro y Marinilla). Este congreso se reunió entre el 30 de agosto y el 7 de septiembre, y decidió entregar el poder a una Junta Superior, cuyo presidente sería justamente Ayala. Este gobernó unos pocos meses y fue reemplazado por una serie de gobernadores que ejercieron su cargo muy poco. En enero de 1812, bajo la presidencia de Juan Carrasquilla, se reunió la primera Asamblea Constituyente del Estado, y expidió la primera constitución, que daba el voto a los varones libres que fueran padres de familia, vivieran de sus rentas o sus trabajos, y no dependieran de otros.
En 1813 los patriotas locales comenzaron a temer que los españoles los atacaran desde Popayán, y decidieron nombrar al momposino
Juan del Corral como dictador, para preparar la defensa de la región. Del Corral proclamó, el 11 de agosto de 1813, la independencia absoluta de Antioquia. Pidió además a la legislatura la aprobación de una ley según la cual los hijos futuros de las esclavas serían libres: la ley de libertad de partos.
Los españoles finalmente intentaron reconquistar la provincia en 1815, y lo hicieron sin encontrar mayor resistencia. Las ciudades se sometieron al rey, y la reconquista, en esta región, no vió las ejecuciones y las represalias sangrientas de otros lugares del país.
Derrotados los españoles en la Batalla de Boyacá,
Bolivar mandó al coronel José María Córdoba a recuperar la provincia. Después de algunas escaramuzar, la batalla de Chorros Blancos, el 12 de enero de 1820, marcó el fin del dominio español en Antioquia.Antioquia durante la República de Colombia y la Nueva Granada [editar]
El 17 de
diciembre de 1819 fue expedida en el Congreso de Angostura la Ley Fundamental que creó la República de Colombia, cuyo vicepresidente fue el medellinense Francisco Antonio Zea. Quedaron unidas la Nueva Granada y Venezuela, divididas en tres departamentos: Cundinamarca, Venezuela y Quito. Antioquia quedó como provincia del departamento de Cundinamarca.
El 12 de
julio de 1821 el Congreso de Cúcuta, bajo la presidencia del envigadeño José Manuel Restrepo, expidió la Constitución de Cúcuta, basada en la de Angostura, la que dividió la República en departamentos y a éstos en provincias. Antioquia quedó como provincia del departamento de Cundinamarca y su capital continuó siendo Santa Fé de Antioquia, hasta 1826, cuando el Congreso Nacional aprobó trasladar la capital a Medellín.
Durante estos años el hecho más notable fue la rebelión del general
José María Córdoba, quien decidió, en septiembre de 1829, proclamar la vigencia de la Constitución de Cúcuta y levantarse contra la dictadura de Bolívar. Las tropas del gobierno derrotaron a Córdoba en la Batalla del Santuario, el 17 de octubre, y el general rebelde fue últimado cuando se encontraba ya indefenso y herido.
Ante la disolución de Colombia en 1830, el departamento de Cundinamarca, que abarcaba todo el territorio de la actual Colombia, fue dividido, y Antioquia adquirió el carácter de departamento. En 1840 la región fue escenario de la rebelión encabezada por el ex gobernador coronel Salvador Córdoba, en busca de mayor autonomía regional y contra el gobierno centralista de
Pedro Alcántara Herrán. Córdoba, fue derrotado y fusilado sin fórmula de juicio, junto con el ex gobernador Manuel Antonio Jaramillo. En esta revolución se hizo famosa Ana María Martínez de Nisser, quien se enroló como soldado en las filas de los defensores del gobierno legítimo y participó en la batalla de Salamina. Los conservadores mantuvieron el poder regional hasta 1849, cuando el gobierno liberal de José Hilario López volvió a nombrar gobernadores liberales. La resistencia conservadora a las reformas liberales de mediados de siglo terminó en una guerra civil en la que participaron los antioqueños, que se levantaron a nombre de la defensa de la Iglesia y en defensa del federalismo y la autonomía regional, pero fueron derrotados.
La respuesta del gobierno liberal fue dividir a Antioquia en tres provincias,
Medellín, Córdoba, con Rionegro como capital, y Antioquia, con Santafé como capital, para frenar las mayorías electorales que ya tenía el conservatismo. Esta medida, así como las medidas tomadas contra la Iglesia, la libertad total de prensa, el impuesto directo y otras medidas radicales liberales chocaban a los conservadores de Antioquia, que empezaron a favorecer un régimen federal, con el objeto de escapar al control del gobierno nacional. Esta visión coincidía con el federalismo que por razones doctrinarias sostenían muchos liberales en el resto del país, y favoreció la evolución hacia la autonomía regional que se dió en los años siguientes.
En 1853 el país cambió su constitución y permitió a las provincias tener sus propias constituciones, así como gobernadores nombrados por las legislaturas locales. Córdoba, Santafé y Medellín expidieron entonces sus constituciones, en las que predominaron las orientaciones conservadoras.

Antioquia bajo el federalismo [editar]

Universidad de Antioquia en el siglo XIX
Al volver los conservadores al poder en 1855, el Congreso aprobó la reunificación de Antioquia. La nueva provincia expidió una nueva constitución ese mismo año, y el año siguiente los representantes antioqueños en el Congreso, en su mayoría conservadores, lograron la aprobación de una Acto Adicional a la Constitución para crear el Estado de Antioquia el 11 de Junio de 1856. La tendencia al federalismo fue confirmada por la Constitución de 1858, que cambio el nombre del país a Confederación Granadina y adoptó el régimen federal. En 1863 el federalismo se acentuó con la Constitución de Rionegro, que adoptó el nombre de Estados Unidos de Colombia y dió a los Estados el caracter de soberanos.
El 27 de enero de
1863 se expidió la Constitución Política del Estado Soberano de Antioquia. Entre sus rasgos destacados, en ella se establece de nuevo la uni-cameralidad de la Asamblea del Estado, la cual se componía de 30 diputados, nombrados por los municipios. Aprobada la Constitución de Rionegro en mayo de ese año, se aprobó una nueva constitución de Antioquia el 29 de mayo, por un gobierno liberal presidido por Pascual Bravo. Los conservadores, descontentos con medidas como la expropiación de los bienes de manos muertas y el control de la Iglesia por parte del estado, se lanzaron a una nueva revuelta, que terminó el 4 de enero de 1864 con el triunfo conservador y la muerte del gobernador en la batalla de El Cascajo. Desde entonces, hasta 1877, los conservadores, orientados por Pedro Justo Berrio, mantuvieron el control del Estado, y desarrollaron una política muy activa de apoyo a la educación, las vías públicas y el desarrollo económico.
Los liberales recuperaron el poder en 1877, como consecuencia de la guerra civil de 1876 lanzada por los conservadores, descontentos con las reformas educativas liberales, contra el gobierno nacional. Una nueva constitución liberal reemplazó la de 1864, y los liberales lograron mantener el poder hasta 1886.
[12]

Antioquia durante la regeneración [editar]
"La victoriosa alianza entre los conservadores y los independientes se plasmó en
1885-1886 con un proyecto estatal que tuvo como bases la centralización política del país, la descentralización administrativa, la organización de un ejército único y nacional, el mantenimiento del Banco Nacional y del papel moneda y la relación concordataria entre la Iglesia y el Estado".[13]
Una vez aprobada la Constitución de 1886, el Consejo Nacional de Delegatarios nombró como Presidente de la República para un período de seis años (1886-1892) a Rafael Núñez.
El gobierno de Antioquia se reorganizó una vez culminada la
guerra de 1885 y en los comienzos de la Regeneración (1886-1891). El 7 de septiembre de 1886, se proclamó a Marceliano Vélez como gobernador del departamento de Antioquia.
La actitud global de los grupos dirigentes antioqueños una vez iniciada la regeneración consistió en apoyar el régimen político nacional, pero manteniendo su distancia con respecto a las políticas económicas del gobierno central. Por ello la búsqueda de exenciones frente a estas políticas se constituyó en un elemento básico para entender los factores de conciliación y conflicto entre la región antioqueña y el gobierno nacional.

El comercio [editar]
Desde mediados del
siglo XIX comienza a manifestarse en Antioquia un importante desarrollo comercial, reflejo, entre otras causas, de la expansión que se daba en la minería, del auge de la ganadería comercial y de la colonización antioqueña del sur de su territorio y de otras regiones. Tanto la población minera y los centros dependientes de las minas - como Remedios, Segovia y Titiribí, entre otros - así como las zonas de colonización, se iban transformando en importantes mercados para los comerciantes.

El ferrocarril de Antioquia [editar]

Ferrocarril de Antioquia en la Estación Medellín
La empresa del
ferrocarril antioqueño comienza oficialmente el 14 de febrero de 1874 con la firma del contrato para la construcción de una vía ferroviaria que comunicaría a Medellín con Puerto Berrío. Sin embargo, la construcción del primer riel se llevó a cabo el 29 de octubre de 1875, debido a los brotes de revolución en la costa Atlántica a mediados de julio, que paralizó la navegación por el río Magdalena y de paso la entrada de los materiales necesarios para la construcción de la vía. La primera carga de materiales llegó a Puerto Berrío el 20 de julio de 1875 y el 7 de mayo de 1876 llegó la primera locomotora.
El ferrocarril de Antioquia hace parte de la historia colombiana en un punto álgido en su
desarrollo económico. El primer objetivo de las vías era la masificación y mejoramiento de la economía minera presente en la zona. El crecimiento del tren y la visión de los gobernantes para el cultivo del café, permitió que este último comenzara a crecer y empezara a darle una razón de ser más al ferrocarril de Antioquia. Es el tren quien ayuda a que la región se convierta en una de las más rentables del país, gracias al comercio exterior del café, producto con gran aceptación extranjera y uno de los ejemplos más claros de la política de especialización regional.

Estación Central del Ferrocarril de Antioquia. Plaza de Cisneros, Medellín
Sin embargo, durante la
Guerra de los Mil Días se suspendió el servicio férreo por tres años, fueron incendiados algunos vagones y con la misma suerte corrieron las estaciones y las vías de acceso al tren que poco a poco estaban siendo destruidas, levantadas y demolidas.

Siglo XX [editar]

La segregación del departamento de Caldas [editar]
La
Guerra de los Mil Días había dejado al país en condiciones lamentables en su economía, y tanto la situación política como la social hacían necesaria la adopción de medidas de reanimación de regiones que pedían nuevas formas de administración y manejo de sus recursos. Antes de la larga confrontación civil y como consecuencia de la centralización que prevaleció en la Constitución de 1886, el manejo desde el gobierno central provocó reacciones que se exteriorizaron en las intervenciones del General Rafael Uribe Uribe en el Parlamento, y en documentos públicos en los que el caudillo liberal hizo propuestas específicas para una nueva conformación político administrativa de Colombia.
En un documento titulado “División Territorial” dio razones de fondo para promover la segregación de los Estados del Cauca, Antioquia, Tolima y Magdalena. Era lógico que sus propuestas salieran derrotadas en el
Congreso, puesto que se trataba del único representante de la oposición que tenía asiento en el legislativo. Las razones políticas, llevaron en consecuencia, a que sus planteamientos sólo tuvieran concreción pasada la guerra.
El General
Rafael Reyes fue elegido Presidente de la República y se inició el denominado “Quinquenio” en el que con poderes dictatoriales gobernó al país y tomó decisiones trascendentales. De los elementos planteados por Uribe a finales del siglo, dictó las leyes que justo antes de 1910 dieron origen a los departamentos de Caldas, Huila y Atlántico.
Los respectivos territorios salieron de los Estados del Cauca, Antioquia, Tolima y Magdalena. La decisión de Reyes, cuya visión de
Estado debe reconocerse, fue correcta. Las nuevas divisiones demostraron a la postre que obedecían no a caprichos sino a condiciones sentidas que se ordenaban en la lógica social, económica y política de la República.
Caldas fue el amortiguador para suavizar las tensas relaciones que existían entre Antioquia y el Cauca, enfrentados por procesos políticos y por la animadversión de sus caudillos, cada uno en procura de dominar el país y controlar el Estado. Surgió entonces una región pujante, fruto de la colonización antioqueña que le imprimió vigor y sentido de empresa y de la influencia intelectual del Cauca, que abrió las puertas de sus centros académicos a los hijos de esos colonizadores.

La industria [editar]
El territorio montañoso y escarpado contribuyó a que Antioquia desde épocas remotas se especializara en productos diferentes a la
agricultura y a que desarrollara estrategias económicas muy creativas.

Café, la consolidación de la economía nacional
Sólo durante el
siglo XX el café permitió utilizar buena parte de estas montañas de clima medio y ellas se convierten en un modo de vida para numerosas familias. Sin embargo, aunque pobre en tierras planas y fértiles, la región tenía oro en mustios (aluviones auríferos) y en sus vetas. Esta circunstancia, junto a su localización en el interior del país, lejos del mar y con dificultades para comunicarla, la hicieron muy dependiente de bienes alimenticios y manufacturados que se producían en otras regiones.
En efecto, la
producción de oro, el comercio y el contacto con las zonas mineras fueron de gran importancia para la futura industrialización de la región. Con la temprana crisis de la esclavitud en Antioquia (1781), los esclavos se convirtieron en mineros independientes pobres (mazamorreros), productores de oro. Ellos enriquecieron a los comerciantes abastecedores de víveres a los que se llamaban rescatantes, quienes acumularon grandes fortunas o capitales que invirtieron en tierras (rurales y urbanas), ganado, café y finalmente en industrias.
Surgió también de allí la mano de obra requerida por la industria antioqueña. Este es un tema muy discutido porque el proceso de industrialización coincide con el desarrollo del café en la región, y esta actividad requiere muchos brazos y descansa en pequeñas y medianas empresas familiares (economía campesina).
Lo cierto es que la mano de obra empleada durante la primera fase, es de mujeres que constituyen excedentes de
población campesina, urbana y semi-urbana, y que contribuyen con su salario a la economía familiar enviando o suministrando una parte o la totalidad de sus ingresos. Para los industriales tenían la ventaja de ser mano de obra barata, pues percibían aproximadamente la mitad del salario de los hombres.
En
1923, año en que se realiza una exposición industrial en Medellín, el 73% del personal obrero de los establecimientos industriales de Medellín y los municipios vecinos es femenino y el 27% masculino, ocupado en labores de mantenimiento de maquinaria o en algunas labores rudas como la alimentación de los hornos en las vidrierías.
Así, se asiste simultáneamente a un fortalecimiento y expansión de la economía campesina cafetera y a la proletarización de un sector de la población compuesto en su mayoría por mujeres, que logran junto con los
empresarios e ingenieros poner en marcha las primeras empresas fabriles.

La crisis de 1929 [editar]
Antioquia había experimentado en mayor grado el avance económico de los años veintes y para ella el contraste con la coyuntura de la
crisis de 1929 fue sin duda más violento que en otras regiones del país. Se estima que más o menos el 60% en valor de los insumos industriales colombianos en esa época eran importados. Lo mismo puede ser válido para Antioquia, que era la que usaba casi la mitad de dichos insumos. Por lo tanto, el drástico recorte en la capacidad para importar castigaba duramente a la naciente pero vigorosa industria.

De los años 50 en adelante [editar]
En los años cincuentas, el crecimiento relativo de la industria en
Cundinamarca, el Valle del Cauca y otras regiones del país, fue sensiblemente mayor que el de Antioquia. Por esa razón, este departamento, que en el censo industrial de 1945 ocupó el primer puesto entre los demás del país, en 1956, cuando se hizo un nuevo censo, pasó a ocupar el segundo puesto después de Cundinamarca, tanto por el número de establecimientos, como por la fuerza laboral y el valor agregado en industrias. Desde entonces, Antioquia ya no volvió a ocupar la primacía industrial en Colombia.

Narcotráfico y violencia [editar]
Por primera vez, después de tener Antioquia una
economía en ascenso durante 150 años, se presentan en la década de los setentas los síntomas iniciales de lo que sería la más grande crisis económica y social en su historia. Aparece indicadores de aumento del desempleo, y con él la criminalidad y la inseguridad general. Y aunque Colombia en su conjunto afrontó entre 1970 y 1980 un periodo crítico en su económia, su influencia fue no sólo mayor sino catastrófica para Antioquia, especialmente para Medellín, que llegó a tener la tasa de desempleo más alta del país.
El sector manufacturero no sólo había perdido dinámica, sino que se mostraba incapaz para afrontar la situación creada con los altos índices de desempleo, la
recesión económica y la imposición desde el gobierno central de un nuevo modelo de desarrollo fundamentado en las actividades financieras y de la construcción. Es entonces cuando el contrabando, primero, y luego el narcotráfico, aparecen como alternativa para miles de personas que no tenían en el mercado legal ninguna, o muy poca, posibilidad de encontrar empleo o de ejercer una actividad económica rentable.
Medellín va a sufrir todo el peso de la lucha entre el narcotráfico y el gobierno central en la década de los ochentas. Aparecen el
narcoterrorismo, el sicariato, las bandas delincuenciales en los barrios populares y el asesinato de jueces y de políticos.
La muerte de
Pablo Escobar, en 1993, supuso el fin del llamado Cartel de Medellín. Pero la desafortunada presencia de la guerrilla y el paramilitarismo en la nación hace todavía difícil la consecución de una armonía comunitaria como fuera de desear, aunque a la fecha del año 2007 se han logrado importantes progresos en tal sentido, debido a las masivas desmovilizaciones de personal armado, a la política del gobierno denominada Seguridad Democrática y al comienzo de la revelación de la verdad proveniente de muchos grupos criminales a instancias de una ley mundialmente experimental conocida como Ley de Justicia y Paz.

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